sábado, 18 de agosto de 2012

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Si se observa con detenimiento,todos tenemos nuestras complejidades,nuestras habilidades y nuestras excentricidades.
Hay cosas que hacemos y cosas que nunca haríamos...o que solo haríamos en determinadas circunstancias. Cosas ante las cuales los demás se rien, sacuden la cabeza, se sorprenden.
Cosas singulares que sólo nos pertenecen a nosotros.
Yo, por ejemplo, colecciono reflexiones. En mi dormitorio hay una pared llena de papeles de colores con reflexiones que he recogido para que, en su fugacidad, no se pierdan. Reflexiones sobre conversaciones escuchadas sin querer en un café, sobre los rituales y por qué son tan importantes, reflexiones sobre los besos en el parque por la noche, sobre el corazón y las habitaciones de hotel, sobre las manos, los bancos del jardín,las fotos, sobre los secretos y cuándo se revelan, sobre la luz en los árboles y sobre el tiempo cuando se detiene.
Mis pequeñas notas se agarran al papel pintado como mariposas tropicales, momentos capturados que no tienen otra misión que permaneces a mi lado, y cuando abro el balcón  una suave corriente de aire barre la habitación, tiemblan un poco, como si quisieran echar a volar.
-¿Qué es esto? - Dijo Claude, con las cejas levantadas con incredulidad,cuando vio mi colección de mariposas por primera vez. Se paró delante de la pared y leyó algunas notas con atención-. ¿Vas a escribir un libro?
Yo me sonrojé y sacudí la cabeza.
-¡Por el amor de Dios,no! Lo hago...-Tuve que pensar un instante, pero no encontré ninguna explicación convincente-. Simplemente lo hago,¿sabes? Sin ningún motivo.
Igual que otras personas hacen fotos.